¿Hoy has hecho alguna cosa justa por alguien? Tal vez ayer, o si te resulta difícil recordarlo, en algún momento de esta semana. Con esa simple pregunta, decenas de filósofos dialogaron con Platón y reflexionaron entre todos, en la charla/taller realizada en Nueva Acrópolis Barcelona. Pero ¿qué relación tiene eso de hacer algo bueno para alguien con tener una filosofía para vivir? Preguntémosle a Platón.

Todos somos filósofos porque, en algún momento de la vida, hemos anhelado encontrar la sabiduría, para tener la paz de los justos, que es esa tranquilidad por haber actuado con justicia. En una discusión con un compañero de trabajo, con la pareja, con los hijos, amigos y con nosotros mismos, deseamos ser justos, pero antes es necesario preguntarse acerca de la Justicia.

La dialéctica, la ayuda platónica

A través de numerosos diálogos, Platón introdujo en Occidente una nueva forma de comprender la vida. Profundamente influenciado por los años de aprendizaje junto a su maestro Sócrates, y especialmente por las circunstancias que precipitaron la condena a muerte de su maestro, desarrolló un método que hoy conocemos como dialéctica. Se trata de un intercambio de ideas entre dos o más personas que, mediante el cuestionamiento y la reflexión, buscan acercarse a la verdad sobre un tema. Para Platón, este proceso permitía aproximarse a los arquetipos, modelos perfectos que existen en el mundo de las ideas y que sirven de referencia para la realidad manifestada.

Con esta intención, de acercarnos a la verdad, en cualquier momento de incertidumbre, podemos confiar en que, de algún modo, surgirá en nosotros una intuición sobre cómo actuar o una certeza de estar obrando con asertividad y coherencia con nuestros valores.

La voz que nos habla sin palabras

Durante el taller, los arquetipos platónicos —lo Bueno, lo Bello, lo Justo y lo Verdadero— fueron explicados y relacionados, buscando acercarlos a la realidad de lo cotidiano. Así, esas grandes ideas, que pueden parecer muy abstractas, se transforman en recursos filosóficos, es decir, en ideas que al ser reflexionadas, comparadas y justificadas, se convierten en herramientas para llevarnos a una vida más serena.

¿Alguna vez has dialogado contigo mismo? ¿Te has preguntado, antes de reaccionar, cómo responder de una manera armoniosa y coherente? Cuando lo hacemos con honestidad, nuestra voz interior se manifiesta, pues conectamos con ideas y principios atemporales, los cuales actúan como el hilo que une las cosas y las experiencias que nos enseñan los misterios del arte de vivir.

Ahora mismo, mientras lees estas palabras, puedes no solo descifrar caracteres, sino también puedes profundizar en los símbolos, pero dejemos un momento libre de prejuicios o ideas preconcebidas, para permitir que lo que no se percibe con los ojos del cuerpo, se pueda ver claro y cristalino, con los ojos del corazón.

¿Hoy has hecho alguna cosa justa por alguien?

Si aún no puedes responder a esa pregunta, todavía te quedan algunas horas del día, o quizás solo un minuto, para hacer una llamada, una visita, para responder a alguien que te espera, o simplemente para salir a la calle y preguntarle a la vida:

¿Qué quieres que yo haga hoy?