La jornada comenzó con un elaborado homenaje con trajes y decoración alegóricos de algunas de las grandes culturas de sabiduría de la humanidad. Seguido por la entrega de certificados y una cena compartida muy especial, en la que se degustaron platos típicos, preparados por los propios estudiantes, representando las múltiples nacionalidades que hoy conviven en esta escuela. Un gesto que no solo llenó el ambiente de aromas y sabores del mundo, sino que reforzó la idea de unidad en la diversidad. La velada culminó con actuaciones artísticas y, como no podía faltar en una celebración así, una animada pista de baile.
Agradecer, reconocer y homenajear
Todos los estudiantes de Nueva Acrópolis Barcelona compartían una emoción común: la gratitud por formar parte de una escuela de filosofía que, desde hace 45 años, está comprometida con el desarrollo de la conciencia y el despertar de las potencialidades humanas.
Transitar por la vida con sentido implica reconocer el valor de las pequeñas acciones, pues es desde lo pequeño que se construye el gran proyecto de la formación del ser humano. En este aniversario se recordó que, ante todo, somos humanos llamados a compartir una historia común, rindiendo homenaje a aquellos pioneros que siguen siendo puentes vivos de enseñanzas antiguas que, lejos de ser viejas, son hoy más necesarias que nunca.
Recibimos, atesoramos y transmitimos
Formamos parte de un bello legado que, en Europa, comenzó con la filósofa Delia Steinberg Guzmán, directora internacional de Nueva Acrópolis, filósofa y artista, profundamente consciente del sagrado oficio de construir un mundo mejor.
Con la voluntad de mantener viva nuestra memoria histórica —que no es otra cosa que nuestra conexión con lo real y lo eterno—, los asistentes recordaron los momentos más mágicos del año y escucharon, con atención y emoción, a los veteranos, que compartieron de forma sencilla, pero profunda, la belleza de sus comienzos. Fueron testimonios cargados de entusiasmo y fuerza interior: un verdadero tesoro que ilumina y nutre este proyecto humano.
El homenaje a algunas de las antiguas culturas de sabiduría —la grecorromana, oriental, egipcia, nórdica y prehistórica—, representado por una decoración cuidada y afectuosa, evocó el legado de conocimiento que sigue inspirando nuestra búsqueda filosófica.
El pasado se convierte en guía para el futuro cuando sabemos ordenar nuestras prioridades y reflexionamos sobre el verdadero sentido de la vida. Entonces comprendemos que el mayor reto sigue siendo ser mejores seres humanos, dando lo mejor de nosotros a los demás.
¡Amemos mucho!
La historia que no se cuenta, se olvida. Recordar es también reencontrar nuestra identidad más profunda. Somos herederos de una humanidad que, desde siempre, ha buscado la sabiduría.
Nueva Acrópolis Barcelona reafirma así su compromiso con la filosofía práctica, la formación del ser humano y la construcción de un futuro más justo, consciente y fraterno.
¡Gracias!