El pasado 20 de abril fuimos un puñado de filósofos, amigos y amigas de Nova Acròpolis Sabadell, a pasar un día en la mágica ciudad de Girona, para descubrir, mediante sus numerosas leyendas, rincones y secretos de esta excepcional ciudad.
Empezamos cogiendo fuerzas con un almuerzo al gusto a los pies de Sant Feliu y con vistas a la Lleona. Después de este breve descanso del viaje, empezamos a descubrir la ciudad a través de sus leyendas; primero, haciendo un recorrido bordeando el casco histórico, y, por la tarde, perdiéndonos en sus callejones.
Empezamos con alguna de sus leyendas fundacionales, para seguir con otras más tradicionalmente catalanas, como la del «Pont del Diable» y alguna propia de Girona, como la del «Carrer del Llop», siguiendo con la del santo de la ciudad, Sant Narcís, y yendo a dar con la joya de la corona de la ciudad, su inmensa y preciosa catedral, parada obligatoria. Nos dirigimos entonces hacia la muralla, dirección Plaça Catalunya, previa parada en el Onyar para explicar la enigmática Cocollona, y, mientras la recorríamos, disponíamos de la visión de toda la ciudad y, sobretodo, esta catedral que cada vez se nos acercaba más. Eso sí, nos paramos para descubrir el triste secreto de la Tolrana y la Torre Gironella, desembocando al final de la muralla en el Jardí de la Francesa, donde explicamos dos de las leyendas más famosas de la «ciutat de l’Onyar»: la Torre de Carlemany (Carlomagno) y la Bruixa (Bruja) de la Catedral, muy presentes en el imaginario gerundense.
Después de volver a coger fuerzas, nos adentramos en el casco histórico de la ciudad, empezando por resolver el misterio que rodea la bélica relación entre Sant Narcís, sus moscas y su protegida ciudad, así como explicar algún milagro que hizo en el Mercadal. Descubrimos después rincones como la plaza más pequeña de toda Europa, y también cómo saldar tus deudas acariciando un tal «Banyetes»;estuvimos presentes en una de las escenas más bonitas del día bajo los atentos ojos del «Vampir de la Rambla», y acabamos con dos de las más famosas y bonitas leyendas de este mágico enclave, la del humano «Tarlà», que nos hace reflexionar sobre el objetivo del ser humano, y la última, como no podía ser de otra manera, dándole un beso al cul de la Lleona, justo donde empezamos este viaje. Y es que… «No és un bon ciutadà de Girona qui no li dóna un petó al cul de la Lleona!».