Voluntarios de la Escuela de Filosofía Nueva Acrópolis España y voluntarios de GEA se unieron este verano para participar en las Jornadas sobre Riesgos Hidrológicos, un encuentro teórico-práctico celebrado en Siracusa, Italia. El evento reunió a expertos, organizaciones y voluntarios de Nueva Acrópolis de 21 países europeos con el objetivo de analizar y enfrentar la creciente amenaza de los fenómenos hidrológicos extremos.
Las jornadas se centraron en la formación y la preparación ante riesgos como inundaciones y riadas, episodios que se prevé que serán más frecuentes e intensos a causa del cambio climático.
Durante los tres días, los participantes pudieron profundizar sus conocimientos a través de sesiones teóricas y, lo que es más importante, pusieron en práctica habilidades esenciales para la respuesta en emergencias.
Desde GEA y Nueva Acrópolis, se subraya la importancia de la prevención y la capacitación como herramientas clave para mitigar el impacto de estos desastres.
«Como nos recuerda esta situación, prepararse no es algo opcional, es una necesidad vital en un mundo donde el clima está cambiando de forma tan rápida. Gracias a estas jornadas, ahora contamos con el conocimiento y las técnicas para que nuestra comunidad pueda afrontar mejor los futuros riesgos hidrológicos».
La participación de GEA y Nueva Acrópolis en este encuentro internacional reforzó su compromiso con la seguridad y el bienestar de la población, así como su rol activo en la promoción de la cultura de la prevención y la colaboración entre entidades para hacer frente a los desafíos ambientales actuales.
En Barcelona tuvimos el placer de hablar con un voluntario acropolitano que participó en estas jornadas y nos transmitió su experiencia vivida.
«Realmente fue un privilegio asistir a este encuentro. Superó con creces mis expectativas, tanto por la formación sobre autorrescate en emergencias hidrológicas, como por la impecable organización y la experiencia vivida.
Ante todo, se vivió un ambiente de fraternidad y unión, tan característico de Nueva Acrópolis. El entusiasmo que produjeron estas jornadas despertó en mí el anhelo y la vocación de estar al servicio de los demás, tanto en situaciones catastróficas como en las cotidianas. Cuando uno tiene vivencias del alma, es decir, experiencias tan profundas, se crea una conexión directa con la necesidad de ayudar a la humanidad.
Agradezco a Nueva Acrópolis y a Gea por darnos la oportunidad de prepararnos y ser útiles a los demás».