En Nueva Acrópolis Sabadell tuvieron un encuentro con la vida y obra de uno de los grandes genios e inventores de la historia, Nikola Tesla. El profesor Jordi Cosp, doctor en Ingeniería y filósofo de la ciencia, fue quien impartió esta exitosa conferencia. El tema despertó tanto interés y atrajo a un público tan numeroso que hubo que repetirla el sábado.
El conferenciante comenzó la exposición resaltando la biografía del personaje. A lo largo de la conferencia presentó sus inventos más importantes y cerró la actividad destacando sus valores humanos y su gran contribución a la sociedad actual.
Nacido en Croacia el 10 de julio de 1856, desde niño Tesla destacó por su interés por los inventos y por su viva imaginación. Su mente no dejaba de crear diferentes artefactos que siempre probaba en cuanto podía, no siempre con éxito. Un aspecto destacado de su juventud fue su fuerte pacifismo, estuvo nueve meses en las montañas para no hacer el servicio militar en el ejército austro-húngaro. Su padre no apoyó su vocación científico-técnica, quería que fuera sacerdote como él. Pero finalmente, con la ayuda de una beca, fue a estudiar Matemáticas y Física en la Universidad de Graz.
Después de varias vicisitudes en su vida llegó a Nueva York en 1984, donde estuvo un tiempo trabajando bajo la dirección de Thomas Edison, pero fue en la empresa de George Westinghouse donde pudo desarrollar su motor de corriente alterna asíncrono, también conocido como el motor de inducción, probablemente su invento más importante.
Hasta el final de su vida, Tesla continuó trabajando en las aplicaciones del electromagnetismo. Pero hablar solo de su parte de genio del electromagnetismo sería parcial, porque Tesla también destacó por sus valores humanos. Supo educar su gran imaginación, supo tener persistencia en aquello que creía y especialmente fue muy generoso, siempre soñó que sus inventos fueran válidos para mejorar la vida de la humanidad. Y lo logró, el mundo no sería igual sin su obra.