Aprovechando los días festivos de abril, un centenar de personas de Nueva Acrópolis España nos reunimos en la Primera Edición del Campo de acción Arjuna en Fénix, nuestra nueva casa en Alarcón. Fueron 3 días de compartir maravillosas experiencias impulsados por las ganas de aprender, de crecer y mejorar como seres humanos.

El evento organizado por los responsables de los proyectos nacionales de GEA, Escuela del Deporte con Corazón, Voluntariado y Reto de Ulises fue una oportunidad de aunar conocimientos y enriquecer el encuentro de una manera insospechada para todos los que fuimos participantes. 

El aprendizaje perfumó todos los momentos, desde la coordinación de equipos para la preparación de comidas y limpiezas generales hasta la contemplación del fabuloso cielo estrellado en la observación astronómica organizada por los voluntarios de la escuela de Barcelona. 

También, fuimos introducidos en el sueño de la Escuela del Deporte con Corazón de crear un nuevo deporte acropolitano en el que todos pudimos participar definiendo las reglas. Y, por supuesto, experimentarlo, corriendo a toda velocidad por la pista, para desmarcarnos y anotar arjunas o krishnas (nombres asignados a las diferentes formas de sumar puntos en este nuevo deporte).

Pudimos contribuir en la limpieza ecológica, organizada por el responsable del Voluntariado, que realizamos en los alrededores del recinto, ya que al ser una zona que estuvo abandonada durante mucho tiempo, necesita de nuestro cariño para la extracción de basura. Además, mientras recogíamos cristales, latas, plásticos, etc. íbamos aprendiendo sobre las distintas especies de vegetales y animales que pueblan el ecosistema de los alrededores.

Otra de las actividades que más disfrutamos, fue la formación básica en búsqueda y rescate y la puesta en práctica de todo lo aprendido. Reflexionamos sobre la importancia de la comunicación y todos estuvimos de acuerdo de que siempre es necesaria y difícil pero, en momentos de estrés, es imprescindible para poder ayudar y ser útiles. Nos enseñaron a utilizar walkie-talkies, a poner collarines y a colocar a una persona herida en una camilla para ser transportada. 

La parte artística también estuvo presente gracias al Reto de Ulises que preparó talleres de danza, música y canto. Cantamos por las noches alrededor de la hoguera o en cualquier momento que nos permitiera sacar una guitarra y compartir juntos un ratito. 

Fue una experiencia muy conmovedora que guardaremos en el corazón. Todos recordaremos esta excelente convivencia entre personas que tienen ya muchos años de experiencia, con jóvenes y niños llenos de entusiasmo dispuestos a participar en todas las actividades. 

Gracias a esta vivencia todos tenemos la certeza de que cuando hay buena actitud, las diferencias entre los seres humanos y las pocas comodidades solo se convierten en alicientes para hacer aún más especial cada momento.