El pasado 14 de abril, un grupo de voluntarios de nuestra asociación, despiertos, curiosos y entusiastas de la astronomía, las constelaciones, la mitología y el simbolismo del cielo estrellado, se reunieron para ofrecer una actividad dedicada a la observación del cielo nocturno primaveral, la identificación de sus constelaciones más importantes, los planetas visibles, la Luna, sus aspectos astronómicos, la utilización de un planisferio y, por supuesto, la filosofía que alimentan sus mitos.
Fue una noche llena de aprendizajes, donde se tuvo contacto directo con los instrumentos que facilitan la observación: telescopios y prismáticos, y se obtuvo información muy pedagógica sobre su uso y manejo adecuados.
Resultó inspirador disfrutar tanto al reunirnos bajo ese cielo que ha unido a civilizaciones enteras, entregadas a su misterio y su fuerza; nosotros, con voluntad insaciable de búsqueda, admirados por su inmensidad, no podemos evitar pensar lo afortunados que somos al tener vida y poder filosofar sobre la magnificencia, el brillo y la inmensidad del universo. Observar el cosmos es una experiencia que nos humaniza, nos acerca al diminuto papel que juega nuestra condición humana ante sus insondables misterios y a la vez nos vincula con la enorme responsabilidad de agradecer, respetar y entender con humildad que formamos parte de su grandeza, sus leyes y su abundancia.