Este año Nueva Acrópolis Barcelona escogió para la actividad pensaengran la faceta aventurera de la mujer para recordar a aquellas grandes viajeras que superaron todos los obstáculos para llevar a cabo su aventura, tanto por ser mujeres como por las condiciones geográficas y climatológicas de los lugares que visitaron.

Cuán necesario es poder echar la vista atrás para aventurarnos a descubrir las historias de las grandes almas que pasaron por esta vida dejando tras de sí una estela de luz imborrable, pues su poder inspirador nos incita a ser mejores personas y nos lleva a cuestionarnos seriamente: ¿cuál es el verdadero sentido de la vida? ¿Quiénes somos? Y ¿quién queremos ser?

La cuestión es: ¿cómo enfocamos nuestra vida?, ¿cómo afrontamos las adversidades? Si somos capaces de transformar las dificultades en oportunidades, podremos encaminarnos a descubrir nuestras propias respuestas y desvelar así nuestra verdadera fuerza. Las dificultades de la vida son las oportunidades que nos brinda el destino para descubrir quiénes somos realmente, y en la aventura de apresar esa verdad, ¿hasta dónde queremos llegar?

Grandes ejemplos de esta búsqueda fueron las protagonistas de este pensaengran: Alexandra David Néel, Mary Kinsgley, Ella Maillart y Cándida García. Grandes mujeres de la historia, mujeres aventureras que fueron más allá de lo establecido, más allá de sus propias limitaciones, sobrepasando con creces los fuertes fronterizos de las dificultades de la vida.

Alexandra David Néel (1868-1969, Francia)

«La aventura será mi única razón de ser»; con esta frase definió su vida.
Una vida que fue una apasionante búsqueda, llevándola por lugares inexplorados para aprender de seres sobrehumanos y perseguir las huellas de la liberación y la causa del dolor humano a través de las enseñanzas de Buda. Amó profundamente hasta el final de sus días (con casi 101 años) lo que le reveló la belleza hostil de las cumbres del Tíbet. Ella fue una librepensadora, cantante de ópera, escritora, anarquista, etnóloga, orientalista, feminista, budista y exploradora. Pero por encima de todas estas facetas fue un alma excepcional.

 

Mary Kinsgley (1862,Islington, Reino Unido-1900, Ciudad del Cabo, Sudáfrica)

Valiente e intrépida a lo largo de toda su vida. Ya desde su infancia tuvo pasión por aprender. A la muerte de sus padres se vio sola y liberada, y decidió emprender el viaje de su vida, a África. De camino a Angola inició una serie de intrépidas aventuras, se adentró en tribus caníbales, navegó por las embravecidas aguas en canoa, se topó con las fieras más salvajes de la jungla y logró salir ilesa de todos los peligros. Sin dejar de ser una verdadera dama, demostró valentía, astucia y amor por la aventura.

 

Ella Maillart (Suiza, 1903-1997)
Fotógrafa, escritora, amante del deporte y apasionada de las tribus nómadas, su búsqueda la llevaría a realizar grandes hazañas; atravesar desiertos, escalar montañas, dormir a la intemperie con temperaturas bajo cero… todo valía el esfuerzo para llegar al encuentro con estas culturas, y este encuentro es el que le enseñaría el descubrimiento de su ser interior.

Cándida García (Valladolid, España, 1935-)
Cuando se jubiló a sus sesenta y cinco años, se propuso dar la vuelta al mundo y lo consiguió, no en ochenta días, pero sí en poco más de ocho meses. Una mujer que descubrió el mundo junto a su mochila y que allí fue guardando todo lo que aprendía. Su primera lección: la edad no es un impedimento para seguir aprendiendo, nunca es tarde para atreverse a cumplir tus sueños. Se ha merecido el sobrenombre de la abuelita mochilera, con el que todavía sigue recorriendo mundo.

No es una quimera pensar que podemos ser capaces de plasmar los más grandes sueños del alma. Ellas, una pequeña selección de valientes mujeres, vivieron en una época convulsa, tanto o más que la nuestra, y a pesar de todas las dificultades, nos demostraron que en el ser humano existe una fuente inagotable de fuerza y de amor capaz de trascender toda adversidad e ir a por los sueños más intensos y firmes.

En las conclusiones de este espacio de debate se lanzaron las siguientes preguntas y propuestas: ¿por qué no tratamos de ver la vida como una gran aventura?, ¿tenemos espíritu de aventura?, ¿nos hemos planteado seriamente quiénes somos y quiénes soñamos ser?

Ahora toca a quien lea estas preguntas buscar una respuesta…